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El Chico Dhall © novel Chapter 53

Extra 1

Pov Fally

Esta chica me tiene hasta el tope con sus cosas.

Le digo algo y hace otra completamente distinta a lo que le dije, se la pasa ignorandome cuando le hablo y mis insultos parecen ya no afectarle en lo absoluto.

Necesito, al menos, tener el control un día para que vea de que esta hecha la guapura encerrada dentro de ella.

Alta facha que tengo y no la puedo mostrar, que desperdicio...

Aunque no sé ni para qué pienso esto si hoy mismo le pedí que me diera aunque sea media hora con mi lindo y hermoso Ameth.

Ahhh, mi macho Alpha.

¡Como lo amo!

Fally.

Escucho su voz por lo oscuro y frío de su mente.

¡Hasta que al fin me hablas cara chancla! Siento que me va a dar una atrofia de tanto estar metida dentro de ti y no salir.*

No es momento para tus cosas...

También te digo, ya como que hace falta un bañito porque no veas como huele esto aquí adentro.*

¡Fally!

¿Qué? Yo solo digo.*

Ahora no sales, le voy a decir a Elián que le diga a Ameth que tu andas de pesada y no quiero darte el mando.

ESPERA, ESPERA UN MOMENTO, ESPERA. ¿Me vas a hacer esto después de todas esas veces que te he ayudado? Me parece algo indignante.*

No me vengas ahora de dramática, que me conozco tus trucos muy bien.

No es dramatismo, es la pura y mera realidad, eres un ser cruel y malvado con una pobre loba desamparada.*

Vale, no llores que tu macho ya está esperándote y si ve que eres una llorona...

¡Cállate! No digas nada en voz alta o te juro que cuando regrese a este sucio interior no podrás soportar la ira de la diosa Fally.*

Sí, sí, lo que digas.

Cierra los ojos para hacer el cambio de espíritu y cruzo al frente tomando el mando absoluto de su cuerpo, y aunque ella pudiese sacarme en forma lobuna, prefiero que sea de esta forma por el simple hecho de que los humanos tienen muchas más cosas con que divertirse y no sólo correr como lo hacemos nosotros.

Intento mover sus brazos y piernas sintiéndome un jodido microbio al frente del cuerpo de Elián controlado por él, mi Ameth.

Mío y mío y muy mío.

—Fall —su voz hace que mis sentidos estén atentos a lo que dice y el corazón me empieza a brincar aceleradamente.

No grites, Fally. Sé que...

—¡AHHHHHHHHHHHHHHH! —ignoro totalmente a Jexi y me lanzó a los brazos de mi amado —AMETHHHHHHH —lleno su cara de besos mientras despeluco su peinado.

—Fall cálmate, sé que eres imperativa, pero nunca creí que tanto.

Achurro sus mejillas —Es que por fin estás aquí y por fin estoy aquí y por fin estamos juntos.

—Recuerda que solo es por media hora, mientras tanto Elián y Jexi estarán comunicándose como nosotros por dentro, ¿de acuerdo? —se safa de mi agarre y alza sus cejas mostrándome esos ojazos verdes hipnotizantes.

Asiento como niña pequeña —Que bonitos ojos tienes, amor —suelto sin pensar y lo veo sonreír de lado mostrándome esos bonitos colmillos —¡ahhh! Que guapo, de verdad, no puedo con tanto —me hago la desmayada y sus manos se aferran a mi cintura con fuerza —hasta sabes que lugares tocar, eres mi dios.

Me baja al suelo y posa su gran mano en mi cara —No te hago más de mil cosas, porque quiero aprovechar el tiempo al máximo, así que cálmate, no me provoques.

Me sacudo y agarro su mano para salir del cuarto —Pero yo solo digo la verdad —pestañeo rápido y él se limita a negar.

Bajamos las escaleras y al inicio de esta se encuentran los novios no novios, peleados y separados, pero amándose interiormente.

—Quero, Yannick —saluda él al pasar y abro la boca para también saludar de una forma un tanto peculiar, pero mi Ameth me frena —no lo hagas Fally, es un tema delicado.

Junto mis cejas confundida y me aferro aún más a su brazo —¿cómo sabías lo que iba a decir? —salimos de casa y él desbloquea la camioneta, me abre la puerta y como si no pudiese hacerlo yo sola me monta y me coloca el cinturón.

Baja la guantera y saca los lentes de nuestros dueños, me pone los míos y él se coloca los suyos —Te conozco como la palma de mi mano y sé que quieres y que dirás con solo mirarte a los ojos o escuchar tu voz —pica mi nariz —para mí no eres tan impredecible, chica guapa —cierra la puerta y la cara se me prende de un rojo fuego, sube al lado de piloto y en pocos segundos ya nos incorporamos en las calles.

—Lo único que les iba a decir era que ambos se amaban y que eran unos lindos tontos —pongo toda mi atención en él —Ameth, no es justo —me cruzo de brazos.

—Que no, sé que tú eres como eres y así me vuelves loco —pellizca mis mejillas —pero es un tema delicado, hazme caso.

Regreso a mi puesto —Bueno, no lo haré —deshago mis brazos cruzados y hago un puchero. Suspiro, aunque... —¡¿pero puedo llamarlos burros andantes o sapos encantados o cosas así?! —me extiendo totalmente tapando su vista a la carretera y en un acto reflejo me pega a su pecho con una sola mano mientras que con la otra controla el auto para retomar el control en la calle.

¡Fally nos vas a matar! Loca.

No me hables que no te estoy preguntando a ti, cara búfalo.*

El brazo de Ameth me suelta al tener todo controlado y se quita los lentes dejándome ver esos ojos entre verde y azules, regreso a mi puesto sintiéndome culpable de lo que acaba de pasar y sin más él detiene el carro en un lugar con estacionamientos, coloca el freno y voltea hacía mí ahora con sus ojos totalmente verdes para examinar mis brazos y cuello.

—¿Qué sucede? —cuestiono confundida y Ameth levanta una de sus cejas —¿qué?

—¿Estás bien? ¿No te golpeaste? —sigue revisando por mis hombros y niego tranquila.

—No.

—Pues menudo susto que me acabas de pegar —pasa las manos por su cabello.

Bajo la mirada a las piernas de pollo que tiene la cara chancla esta —Lo siento.

Eh... Un poquito de respeto, por favor.

—No tienes porque disculparte, Fally... Es más, ven aquí —desabrocha mi cinturón y me sienta encima de sus piernas.

—Claro que sí, casi te hago perder el control y estrellarnos.

—Perder el control contigo lo hago todos los días —giña haciendo que mi estado de ánimo suba a como estaba antes —y me gusta mucho además —coloca mi cabello detrás de la oreja para poder ver bien mi rostro acalorado —porque eso me dice que no eres igual que esas locas con las que estuvo este gilipollas que cualquier cosa que dijese lo hacían. Tú eres inesperada y eso me encanta —los sentimientos de celos se me suben por la espalda y lo abrazo instantáneamente viendo hacia todos lados buscando a la intrusa que nos está mirando. Ameth es solo mío —lo ves, mi celocita —me separa ligeramente y observa mis labios detenidamente, sin aviso alguno lo beso desesperadamente y me separo para ver si aún siguen mirándonos.

Fally, estás loca definitivamente.

Lo que pasa es que yo si protejo lo mío a deferencia de ti, cara zapallo.*

Sus manos capturan mi rostro en movimiento y me hace mirarlo olvidando todo lo que hay a mi alrededor» —controlate, nadie me va a robar y aquí me tendrás para toda la vida —abro mi boca para preguntar por lo de antes también y él alza su dedo índice cortandome —y sí, —rueda sus ojos —puedes llamarlos sapos encantados o burros andantes —sonríe y es como si llenará de energía mi cuerpo totalmente.

Me lanzó a besarlo una vez más con la diferencia de que ahora estoy pegada a mi Ameth, mi Alpha, mi macho como un lapa —COMO TE QUIERO MI LINDO Y GUAPO Y SEXY NOVIO —grito dentro del coche y él me calla con otro beso.

—Ya entendí, mi chica traviesa —sacude mi cabello y tira el puesto un poco hacia atrás, cruza mis piernas hacia los pedales y me hace tomar el volante con las manos —¿quieres manejar conmigo? —pregunta posicionando su rostro sobre mis hombros y asiento como un niña pequeña a la cual le acaban de dar un nuevo juguete.

Baja las ventanas a tope y se coloca otra vez los lentes de sol, suelta el freno y coloca el cambio para que pueda retroceder y salir de ahí. Al pasar por lugares llenos de gente esta solo se limita a vernos de forma extraña y yo como buena novia que soy suelto el volante para dejarle en claro a todas que es mío, mientras que Ameth tiene que tener todos sus sentidos fuera porque aparte de llevar un carro también tiene que lidiar con una niña a la que quiere mucho.

Y esa niña soy yo.

La reina Fally.

Hoy no llegamos vivos a casa... Tengo miedo.

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