El General Todopoderoso de Dragón novel Chapter 48

capitulo 48

El banco liquidó las otras villas de los Xavier, y ahora la mayoría de ellos estaban sin hogar o alquilaban casas para vivir.

Esta villa restante era propiedad personal de Rowena Xavier.

El plan de Trent de inflar considerablemente los precios de los artefactos sin valor y venderlos a la gente funcionó. La mayoría de los asistentes habían gastado dinero en esa subasta y compraron algo de los Xavier, intimidados por el poder de Trent,

Puede que Trent haya muerto, pero el dinero cayó en manos de Rowena. Rowena era una mujer, pero se convirtió en un pilar de esperanza tras la muerte de Warren y Trent. Todos los Xavier se volvieron hacia ella, con la esperanza de que ella los volviera a enriquecer.

Villa, habitación en el segundo piso.

Un anciano, de unos 50 años, yacía en la cama.

A su lado había una mujer vestida con un vestido blanco.

Esa mujer era Rowena Xavier. Tenía 30 años, pero no parecía tener más de 19 gracias a su estilo de vida de alto mantenimiento. Era delgada y tenía rasgos faciales delicados. Era una mujer atractiva en todos los sentidos de la palabra, con su cabello largo cayendo sobre sus hombros y su vestido ligeramente transparente solo acentuaba su encanto seductor.

“Señor. Bertrand, ¿cuándo vas a cumplir tu promesa? Dijo Rowena mientras miraba al anciano en la cama que solo vestía ropa interior.

Este hombre era un pez gordo, con conexiones en lugares altos.

Los Xavier estaban en bancarrota. La mayoría de sus activos habían sido liquidados, por lo que Rowena también estaba usando todas las conexiones que tenía para recuperar algunas de sus propiedades.

Charles miró a la hermosa Rowena y sonrió. “No te preocupes. Siempre cumplo mi palabra. Como sabes, Alex Yates usó los canales apropiados para llevarte a la bancarrota. Necesito ser capaz de lidiar con todos los aspectos de eso”.

Rowena caminó hacia él y se acurrucó en los brazos de Charles. —Le he dado por lo menos cincuenta millones, señor Bertrand —dijo con coquetería. “Ha sido tan largo. Dame un marco de tiempo preciso. “Pronto. es pronto Dentro de unos días.”

Charles le sonreía, pero secretamente desdeñaba. ‘Mujer estúpida’, pensó. Tu familia ha caído. Trento está muerto. No hay forma de que los Xavier puedan volver a ser uno de los Cuatro Grandes. Hace tiempo que gasté el dinero que me diste. ¿De verdad pensaste que te seguiría la corriente si no fuera por el dinero? “No se preocupe, Sr. Bertrand. Tendrás tu parte una vez que estabilice las finanzas de mi familia. Seré todo tuyo también.

¡Estallido! En ese momento, la puerta del dormitorio se abrió de una patada. “¡¿Quien va alla?!” Charles saltó, sobresaltado, y se arrastró hasta ponerse de rodillas.

Tembló cuando vio que la persona que abrió la puerta de una patada llevaba una máscara de fantasma.

Rodó de la cama y cayó al suelo, luego comenzó a ponerse la ropa frenéticamente mientras decía: “1- ¡No tengo nada que ver con ellos! ¡No sé nada! ¡Me voy ahora!” Todo el mundo en Cansington sabía quién era el hombre de la máscara de fantasma.

Él fue el que mató a Warren y Trent.

Rowena también tembló cuando el hombre entró en la habitación).

James caminó lentamente hacia ellos. Charles pasó corriendo junto a él, ahora completamente vestido, pero fue tirado hacia atrás y arrojado de nuevo sobre la cama.

Se hizo un ovillo por el miedo y se mantuvo tan callado como pudo, temeroso de decir algo que enojara al dios de la muerte frente a él. “¿Quien diablos eres tú? ¿Por qué nos guardas rencor? Rowena preguntó cuando se había calmado, mirando a James,

James se quitó la máscara. “¿Tú?” Dijo Rowena, desconcertada. “¿James Caden? ¿El que se casó con los Callahan? “Sí.” James confirmó.

“Espera… ¿J-James Caden?” Rowena dijo en estado de shock, de repente recordando algo. ¡¿Tú… eres el hijo de Nicholas Caden?!”

James asintió, luego acercó una silla y se sentó junto a la cama. Encendió tranquilamente un cigarrillo.

El gran dormitorio estaba en completo silencio, excepto por el silencioso silbido del cigarrillo encendido. Charles permaneció hecho un ovillo en la cama, aún guardando silencio.