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Enamorándome de mi esposa provisoria novel Chapter 129

Capítulo 129

A alguien le gustó el postco menos de medio minuto después de haberlo publicado. Cuando toco la notificación, se dio cuenta de que era Samuci.

«Parece que está muy libre. ¿No estaba muy ocupado antes?», pensó

Sentado en el sofá del salón, Samuel miro el post que Kathleen había colgado en Instagram. y una sonrisa se formó en sus labios.

Esta pequena glotona. Es tan fácil de conquistar», se burló.

Después de reflexionar durante algún tiempo, Kathleen decidió bloquearlo. Y cuando Samuel abrió la aplicación para volver a ver sus fotos, se dio cuenta de que su cuenta se había vuelto inaccesible.

Le envio un mensaje de texto: (¿Me has bloqueado?]

[Es mi cuenta de Instagram, asi que depende de mi lo que quiera hacer con ella.)

¿Estas ocultando algo en tu cuenta de Instagram?)

[Son todas fotos mías y de Christopher mostrando nuestro afecto mutuo. ¿Quieres verlas?]

Samuel se quedó sin palabras. Mientras tanto, Kathleen se sintió complacida por su tardía respuesta.

Al fin, Samuel respondió: [¡Bien! ¡Quiero verlas!]

Kathleen se quedó sin palabras y le ignoro. Mientras tanto, siguió dándose el gusto de comer el pastel. Cuando terminó con él, cenó algo ligero.

Al final, comió demasiado. Se frotó el vientre redondo.

«Esto no está bien. Tengo que hacer un poco de ejercicio. Si no, será vergonzoso hacer una audición con una barriga redonda mañana.)

se levantó y le dijo a María:

-Voy a dar un paseo.

Maria salió de la cocina y dijo preocupada:

-Senorita Johnson, no es seguro que vaya sola.

-No te preocupes, Maria. El sistema de seguridad aqui es bastante estricto. Todo irá bien. Volvere pronto – comentó. Con eso, se puso su chaqueta blanca y salió de la casa,

Mientras tanto, Samuel estaba junto a la ventana, observando una figura blanca que salia de la casa. Al ver eso, Iruncio el ceno, se puso un abrigo negro y salió tambien.

Mientras tanto, Kathleen se paseaba despreocupada. La zona residencial tenia un alto indice de ocupacion, pero había muy poca gente.

Quizás el jardin de la zona residencial cra demasiado grande y no había mucha gente alrededor. Aun aci a

ella le gustaba estar alli

El paisaic debe ser bastante hermoso si vengo aqui durante el día», penso. Después de dar unos pasos, de repente sintió que alguien la seguia por detrás. Se giró y se quedó atónita ante lo que vio.

-¿Samuel ?

Que hace aqui?» se pregunto.

–¿Que haces aquí sola de noche? – frunció el ceño. Su expresión era severa.

– He comido demasiado, asi que estoy dando un paseo -explicó ella, desconcertada. Sus cejas estaban muy fruncidas mientras preguntaba-: ¿Qué haces aqui?

– Voy a dar un paseo -respondió el con indiferencia.

– ¿Por que ibas a dar un paseo por nuestra zona residencial? -no le creyó.

-¿Por qué no?

Kathleen se burló para sus adentros y siguió caminando hacia adelante. Samuel la siguió por detrás.

Mientras caminaban, su larga y delgada sombra se superponia a la de ella.

Su mirada se oscureció mientras se sumia en profundos pensamientos. Después de dar unos pasos, ella se dio cuenta de que Samuel aún la seguía. Se detuvo y pregunto:

-¿Por qué me sigues?

-Voy por el mismo camino el rostro apuesto y elegante del hombre seguia teniendo una expresión de indiferencia-: ¿Que? ¿Este camino es tuyo?

Kathleen resoplo. Lo ignoro y continuó con su paseo. En ese momento, recordo que acababa de recuperarse de una enfermedad.

Volvió a detenerse, frunciendo el ceño.

-¿Te han dado el alta del hospital?

-¿Estás preocupada por mi? -sonrió con satisfacción.

–Solo estaba preguntando. Está bien si no quieres responderme – Kathleen se dio la vuelta y siguio Caminando

Al ver eso, Samuel se dirigió a su lado a pasos rápidos, y ella se limito a resoplar como respuesta:

-¿Estaba rico el pastel? – sonrio.

-Si-respondio Kathleen con sinceridad – Hasta un vecino sabe lo que me gusta. No entiendo por que algunas personas no son iguales. La expresión de Samuel se volvió sombria

-Está bien. Sólo tienes que reganarme. Lo aceptare.

Kathleen se quedó sin palabras,

—¿Sabes quien es Yareli Vocger? -pregunto Samuel

Kathleen le miro de reojo.

-Si, lo sé. Es la hija mayor de la lamilia Yoeger y la hija de Vanessa. ¿Qué pasa con ella?

–Antes, habia estado preparando una boda en el extranjero. Pero canceló la boda hace dos dias y ha vuelto al pais -un brillo agudo apareció en los ojos de Samuel cuando dijo-: Seguro que tiene algo que ver con heredar la familia Yoeger.

Kathleen hizo una pausa antes de preguntar:

-¿Tambien quiere heredar la familia Yoeger?

-Bueno, ¿quien no? – preguntó Samuel con frialdad. Al oír eso, Kathleen frunció el ceño.

-Se que tu no -sonrio.

-Gracias por decirmelo -replico Kathleen de forma distante-. Mi casa està justo enfrente. Adiós, Sr. Macari.

Samuel sonrió.

-Mi casa està justo en frente, también.

Kathleen estaba desconcertada. Extendiendo la mano, Samuel saludo:

-Hola, señora Johnson. Soy su nuevo vecino.

Kathleen se quedó sin palabras.

Esa noche, Charles la vio sentada en el sofá mientras abrazaba una almohada en el momento en que volvió.

-¿Qué pasa? -Charles se acercó y pinchó la cara de su hermana-: ¿Quién te ha ofendido esta vez?

-Charles, dijiste que habías investigado a todos los vecinos de esta zona residencial, ¿verdad? – le miro de reojo.

-Asi es. El de la izquierda es un profesor universitario, mientras que el de la derecha es una pareja de ancianos.

Kathleen se puso en ple.

-¿Quien ha dicho que nuestro vecino de la derecha es una pareja de ancianos? Está claro que es un soltero! Y lo peor es que es de los que se han divorciado, le gusta acosar a la gente y decir mentiras

-¿Que? – Charles se levanto-. Que ha pasado? Te ha acosado? – frunció el ceno.

Kathleen asintió.

-Espera aqui! -Charles se dio la vuelta y se fue. Fue a la casa de al lado y llamó al timbre.

En cuanto se abrió la puerta, pudo ver a Samuel dentro. Estaba elegante y guapo con una camisa blanca entallada y unos pantalones negros.

¿Por qué está aqui?», se preguntó.

-¿Dónde esta la pareja de ancianos que vive aquí?–preguntó con desdén.

-Se mudaron -le sonrió-. Hice arreglos para que vivieran en el mejor hogar de ancianos de Jadeborough.

Charles estaba desconcertado. «¡Este hombre es demasiado astuto!»

-No me extraña que mi hermana diga que eres un solteron que la acosa y le miente-echó humo Charles-. Eres despreciable, Samuel.

-No voy a discutir contigo ya que eres el hermano de Kate -dijo Samuel, actuando como si fuera una persona magnanima.

-¡Por lo que veo, estás pidiendo una paliza! —Charles se enfureció.

-Puedes golpearme, pero no tomare represalias. Después de todo, hará que Kate se sienta mal-le miró con calma-: No es tan malo, ya que puedo conseguir su preocupación.

Charles se quedó sin palabras y Samuel esbozó una sonrisa.

-¿Eso es todo? Voy a cerrar la puerta, si no tienes nada más que decir.

Charles apretó los dientes y dijo:

– Nos mudamos mañana!

-Estaré encantado de ser tu nuevo vecino -Samuel sonrió. Tras decir esto, cerró la puerta, dejándolo sin palabras.

4;Esto es tan frustrante!>>

Sin más remedio, regresó a su casa. Al verlo, Kathleen le preguntó:

-¿Y? ¿Como te fue?

-Le habria dado una paliza si no fuera por ti -dijo con impotencia.

Sintiéndose avergonzada, ella respondió:

-Pues dale una paliza. No me sentire mal por el. Es que la vieja señora Macari me trata muy bien. ¿No te da pena la vieja si le pegas a Samuel?

Después de pensarlo un poco. Charles sacó su telefono y llamo a Diana. Kathleen fruncio el ceno al ver eso.

Pronto se respondió a la llamada.

– Hola, Charlie! -la voz de Diana sonaba bastante enérgica. Eso significaba que la llamada no la perturbaba de su descanso

-Vieja señora Macari, tenemos un nuevo vecino que acosa a Kate todo el tiempo. ¿No cree que debería darle una paliza? – pregunto con calma.

-¿Que? -Diana enfurecio

¿Por qué acosa a Katie? Tú eres su hermano. ¡Sólo golpéalo si quieres!

–Segun lo que se hasta ahora, está divorciado e incluso es un mentiroso – dijo Charles. Trataba de insinuar algo con sus palabras.

-Yo me encargaré si no sabes cómo tratar con él -dijo Diana agitada-. Enviaré a alguien para que le dé una paliza.

Charles dijo en voz baja:

-Vieja señora Macari, esa persona es Samuel.

Diana guardó silencio.

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