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Enamorándome de mi esposa provisoria novel Chapter 113

Capítulo 113

Nancy miro a Astrid.

«Seguro que Astrid es mejor que Kylie. Me pregunto cómo Kathleen tratarla con ella».

-De acuerdo. –Kathleen asintió-, Pon el ajo en la tabla de cortar.

-¡Gracias! – Astrid sonrio con una fina sonrisa.

Kathleen frunció los labios. Preguntó:

– Acabas de decir que sabes cocinar. ¿Sólo sabes cocinar sin ajo?

-¿Como lo sabes? Eres muy inteligente -respondió Astrid sorprendida.

-Entonces, ¿qué puedes cocinar? – preguntó Kathleen con una sonrisa espuria.

IN

– Puedo hacer curry. -Astrid curvó los labios, ¿Puedo cocinar curry?

– Por supuesto.-Kathleen sonrió-. Los cocineros tienen que preparar los ingredientes y cocinar ellos mismos. John, trae dos cebollas para Astrid. Si una tiene el potencial de convertirse en una buena esposa, debe saber cortar cebollas, ¿no?

-¡Claro! – john se acerco para tomar dos cebollas a la vez-. Por favor, enseñenos, Sra. Holloway.

Mordiéndose el labio, Astrid miro a Kathleen y forzó una sonrisa.

-John en verdad hace lo que dices.

John dejó dos cebollas en la mano y respondió:

-Yo también hago lo que dicen los demás.

«Es tan malo!

Sin más remedio, Astrid frunció los labios y sonrió con torpeza.

-Bien, déjame cortarlo.

Sin embargo, parecia que estaba en un dilema.

Al ver eso, John no pudo evitar resoplar.

Ella fue la que dijo que podia cocinar hace un momento. Pero por que esta fingiendo ahora?»

John no tenia ni idea de lo que le pasaba por la cabeza.

Por otro lado, Kathleen cortó todo el ajo y la cebolleta. Luego dividió el ajo y la cebolleta en dos partes, una para ella y otra para Astrid

Al mirar a Kathleen, Nancy la admiro aun mas.

«¡Qué mujer tan considerada! >>

Kathleen parecia saber lo que Astrid quería hacer a continuación. Por lo tanto, se preparó para Astrid con

antelacion.

Si Astrid seguía sin agradecerlo, Nancy temía que Kathleen no volvicra a ayudarla.

Ajuzgar por lo que observó Nancy, el trato de Kathleen se basaba en el trato que recibía ella. Si la otra parte no la respetaba, Kathleen tampoco lo haría. No se comprometería en aras de mantener su reputación a pesar de ser una celebridad.

En cierto modo, Kathleen parecía muy arrogante.

Por lo general no mostraba su orgullo. Intentaba esconderlo, pero su temperamento seguía mostrándolo.

«No es de extrañar que Samuel la siga molestando».

El hombre sabia que era una buena mujer, por lo que lamentaba haberla dejado marchar.

Cuando Astrid cortó la cebolla, se puso a llorar.

Todos se limitaron a mirarla.

Steve no pudo evitar verla asi. Le ofreció su ayuda y le dijo:

-Ven, dejame ayudarte.

-Gracias. -Astrid dejó de inmediato el cuchillo y se apartó.

En ese momento, Steve tomó el cuchillo y empezó a cortar la cebolla.

-No es que no sepa cortar las cebollas. Es que este cuchillo no es fácil de usar. Siempre utilizo el cuchillo que usan los extranjeros -explica Astrid con desánimo.

Al oir eso, John sacó un cuchillo importado del extranjero y dijo:

– Aqui tienes. Aqui está el cuchillo que quieres. Por favor, continua.

Astrid se quedó sin palabras.

Justo en ese momento, Steve intervino:

-John, sal a preparar la mesa y atiende a los invitados. Están a punto de llegar. -Steve envió rápido a John.

-Entendido. -Aloir eso, John se dio la vuelta y se fue.

Kathleen también empezó a hacer el pollo asado al ajo con antelacion,

Conteniendo las lágrimas, Steve siguió cortando la cebolla. Cuando termino, se volvió hacia Astrid y le dijo:

-Bueno, ya puedes empezar a cortar las patatas.

-¡Claro! -Astrid asintió.

Con eso, Steve dejó el cuchillo Rápido fue a lavarse la cara,

Después de un rato, el pollo asado al ajo de Kathleen estaba listo. Sin embargo, Astrid ni siquiera habia terminado de cortar una patata.

-Kathleen puedes ayudarme, por favor? Este cuchillo es muy difícil de usar. -Astrid se apresuro a dirigirse a Kathleen en busca de ayuda.

Kathleen se limito a mirarla con indiferencia y le contesto:

– Todavia tengo que cocinar algunos platos. ¿Por qué no se lo pides a otra persona?

– Pero tú estás a mi lado. -Astrid se sintió avergonzada-.¿Y si los fans de Steve y John me regañan si les pido ayuda?

-¿Y?-Kathleen la miró con calma.

-¿Eh? – Astrid se mordió el labio.

-Me lo pides para que sus fans no te regañen. ¿Crees que mis fans no te regañarán a ti también? -volvió a preguntar Kathleen con frialdad.

Astrid no pudo evitar preguntar:

-¿Tienes algún admirador?

-¡Por supuesto! Pero tienen buen carácter. No creo que te regañen -dijo Kathleen-. Pero no sé de los demás.

Sin embargo, Astrid siguió suplicando.

– Kathleen, ayúdame esta vez. -Era más desvergonzada de lo que todos esperaban.

De hecho, lo que dijo Kathleen fue muy claro.

Los fans o los internautas no la atacarian verbalmente sólo por no ayudar a Astrid.

– No, estoy cansada -rechazó Kathleen sin rodeos.

Astrid se sorprendió al escuchar eso.

-No tengo que matarme a trabajar sólo para ayudarte. -Un rastro de frialdad apareció en los ojos de Kathleen- Puedo hacerte un favor, pero no es mi deber ayudarte. Espero que puedas entenderlo.

Aloir eso, Astrid se quedo boquiabierta,

–Kate, ven aqui. Alguiente está buscando. -le grito John con entusiasmo.

De inmediato, Kathleen frunció el ceno.

«¿No me digas que Samuel está aqui de nuevo?>>

Salió de la cocina y vio a dos personas que no había visto en mucho tiempo.

-Katie-Madeline se acerco a Kathleen a toda prisa,

Este se agacho rapido y la subió.

Federick esbozo una ligera sonrisa.

–Lo siento, estamos aqui para molestarle de nuevo.

– No digas eso, Federick. – Kathleen cargó a Madeline y sonrió– ¿Qué haces aquí? He oido que la lista de nombres ya está arreglada de antemano.

Federick sonrio.

-¡Bueno, todo es gracias al Sr. Macari!

«¿Samuel? >>

-¡Samuel nos ha ayudado mucho este año! -añadió Federick.

Aloir eso, Kathleen permaneció en silencio.

No esperaba que Samuel hiciera tantas cosas.

-Samuel es un buen tipo -dijo Madeline mientras rodeaba el cuello de Kathleen con sus brazos, sin querer soltarla.

Kathleen no pudo evitar mirar a Federick con sorpresa.

-El Sr. Macari vino a menudo a ver a Madeline este año. A Madeline le gusta mucho e incluso habla con él. Yo ni siquiera tengo ese privilegio. –Federick parecia celoso.

Kathleen se sintió un poco avergonzada.

– ¿De verdad? Bueno, no sabia que iban a venir. Si lo sabía, hubiera preparado lo que a Madeline le gusta comer por adelantado.

– No importa. Comeremos todo lo que prepares. Madeline te echa mucho de menos -respondió Federick.

-¿Kate? – John seguía esperando al lado.

La niña en los brazos de Kathleen es encantadora, Mirándolas, uno no podia evitar querer tener tambien una hija asi

–Este es Federick, y esta es su hija, Madeline. Era mi vecino -presento Kathleen.

-¡Encantado de conocerte, Federick! Saludo John con entusiasmo.

-¡Encantado de conocerte a ti tambien! – Federick le sonrio.

-Hola, Madeline. -John se giró y saludó también a Madelinc.

Sin embargo, no hubo respuesta de Madeline.

John estaba un poco decepcionado.

-Señor Davidson, Madeline tiene autismo -explico Federick plácidamente. Siento que no le responda.

Al escuchar eso, John se sorprendió. No pudo evitar mirar la cara de Madeline.

«¿Cómo es posible que un ángel tan hermoso sea alguien que tiene autismo?»

– Federick, no tienes que disculparte. -John miró a Federick y le dijo-: Por favor, tome asiento.

Después, Kathleen dejó que Federick cargara con Madeline y pronunció:

– Federick, tengo que volver a la cocina para echar un vistazo.

Federick asintió, indicando que podía dejarlos solos.

Sin embargo, Madeline agarró la manga de Kathleen y le dijo:

– Katie, quiero que Samuel esté aqui.

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