-Capítulo Final-

[Quentin]

Hace tiempo atrás lo perdí todo, absolutamente todo y a pesar de que tengo más dinero del que puedo gastar no había moneda o mineral que pudiera darme lo que yo mas deseaba. Por años me lamenté, me hundí en una depresión tan profunda que me hizo tocar un fondo jamás imaginado, me castigué, me prohibí de todo placer, juré que no volvería a amar y lo único que quería era sentir, porque estaba muerto por dentro.

Sin embargo, no consideré una cosa, que cuando dije sentir no puse limitaciones en eso, así que mi corazón quedó expuesto a sentir tristeza, dolor y pena y sorprendentemente amor; uno incondicional que solo Isabel me podía dar. Ella me enamoró con su voz, con su cariño y amabilidad. Me miró a los ojos sacudiendo mi mundo y haciéndome sentir que lo que yo creía muerto, sólo estaba enterrado y ahora que la veo tan plena, tan feliz, tan mía, me hace pensar que el amor no sólo ésta en las promesas, si no en los actos, en las palabras, en las miradas y en las sonrisa; como en la de mi hija.

Adelaide me sonríe y yo sonrío con ella esta pequeña es uno de los regalos que la vida me dio después de tanto sufrimiento uno, que estoy seguro, volvería a pasar si al final, me lleva a ellas. Mi hermosa hija tiene la mirada de brillante de su madre, mis hoyuelos en las mejillas, una sonrisa sincera y una curiosidad que va más allá de mi entendimiento y me da un amor tan grande que no puedo creer que venga de esta pequeñita. Acaricio su rostro y en un instante mueve sus manitas para tomar mi nariz.

—¿Te gusta mi nariz hermosa? — Le murmuró mientras le doy un beso sobre la frente.

La cargo entre mis brazos la pego a mi pecho cerca de mi hombro. Ella se acomoda de inmediato y se lleva las manos la boca para chuparse los dedos—¿Alguien tiene hambre eh? — Digo feliz mientras salgo de la habitación para encontrarme a Lea y a Thomas jugando sobre el pasillo.

—¿Qué les dije de jugar sobre el pasillo? — Hablo.

—Lo siento papá, pero es que aquí está el aire acondicionado y a fuera hace mucho calor.

—¿Y qué les parece si mejor dejan esto y salen a la piscina? — Sugiero y ellos sonríen.

—¿Podemos?

—Sí vayan.

Hoy es un día muy especial para la familia, ya que festejaremos en familia la gran apertura de la nueva sucursal de amistoso menú así como el anuncio de uno de los proyectos mas esperados por la familia de Isabel, el restaurante que era el sueño de su hermana. Yo después de algunas llamadas y de convencer a mi esposa que sería lo mejor que pudiera hacer, logré cerrar un acuerdo y dentro de unos meses, ese sueño se hará realidad.

Bajo las escaleras con cuidado y veo a Isabel y a mis suegros en el jardín platicando alegremente mientras beben un tinto de verano cuando de pronto ella voltea y me ve con la niña entre los brazos y viene inmediatamente hacia mí para ayudarme con ella. Tan solo la carga, su hija le sonríe provocando una sonrisa en ambos.

—Mi amor, qué preciosa te ves hoy ¿papá te puso un vestido fresco? — Pregunta y ella sonríe.

—Se despertó de la siesta sudando, así que le cambié y le puse este vestido que me fascina.

—Gracias.— Responde y me da un beso sobre los labios.— Mis papás ya llegaron y quieren verte, están emocionados por la apertura del restaurante, quieren saber todo con lujo de detalles.

—Y se los daré, pero primero, ven.

verano, por un momento nos quedamos así, disfrutando de nuestro amor, de todas las sensaciones que

—¿Qué fue eso?

un beso que expresa todo, absolutamente

espero que hoy por

—Créeme que lo haré.—Prometo.

con el paso del tiempo han ido aumentando. En medio, está la foto de Isabel y Yo el día de nuestra boda, al lado la de Lea, después una tierna y hermosa foto del día que Adelaide nació, una que captura el hermoso

los acaricio.— Buenas tardes mis amores, hoy es un día maravilloso el cielo brilla, el clima es un caluroso y en

Théo si vivieran, tal vez en este momento estuvieran a fuera jugando con Lea o Thomas, o posiblemente en el estudio armando legos como le gusta a Fran o viendo una película

que los tuve entre mis brazos. Los extraño, pero sé que donde están su

ahí y sentarme al lado de mi nueva familia a conversar sobre el nuevo restaurante y todas

darle las herramientas necesarias para que en un futuro ella pueda decidir cuál es el camino que quiere tomar, no importa si es doctora o bailarina, lo importante es que

en este momento Jaqueline, no lo creerías»

Escucho la voz de mi suegra y al voltear

te sacará canas verdes.— Comenta

mis canas todas llevarán su nombre.— Bromeo y todos

de coqueta de chiquita, así que

lo heredó de

y me da un beso sobre

otro más? — Nos

vez en un futuro cercano decidamos tener otro, ahora nos concentraremos en el restaurante y en

¿Qué pasó con los otros

No, Tal vez sólo uno más, un pequeño Quentin ¿te

¿podemos cerrar el trato esta noche? — Me

luego me cierra

bebés por ahora? — Insiste mi

Adelaide es más que suficiente… por el momento.— Responde y yo le

amo mi

—Te amo más.

para el nuevo restaurante que sabemos pronto abrirá sus puertas.

cuanto los padres de Isabel se van, yo subo a acostar a Lea que después de tanto nadar ha quedado exhausta para después irme a

—¿Todo bien?

Adelaide cayó rendida, supongo que estar sonrisa y sonrisa con sus abuelos le

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